Los anticoagulantes son fármacos que prolongan el tiempo de coagulación sanguínea. En palabras simples, tienen el objetivo de prevenir la formación de coágulos, de manera que estos no se produzcan dentro de los vasos sanguíneos.
En este sentido, las personas que ingieren anticoagulantes son aquellas propensas a la formación de coágulos. Como por ejemplo:
- Las que tienen prótesis valvulares cardiacas.
- Las que han presentado trombosis, arritmias o embolias.
- Personas con tendencia a trombosis venosas repetidas. Sean o no hereditarias.
- Personas con Síndrome Antifosfolípido.
¡Recuerda! Sea que sigas o no un tratamiento de anticoagulantes, este siempre debe ser prescrito por un médico tratante. No se debe automedicar.
Conozcamos los anticoagulantes
Existen dos tipos de clasificaciones para los anticoagulantes orales. Es importante reconocer de cuál tipo es el que toma, ya que así puede evitar ciertas complicaciones de salud.
- La anticoagulación oral con inhibidores de vitamina K: Son los más comunes en Chile. Estos inhiben la vitamina K, una sustancia involucrada en la coagulación de la sangre. La desventaja es que los pacientes que ingieren esta píldora requieren control periódico de INR (International Normalized Ratio, en inglés) y su efecto puede verse disminuido con la ingesta de otros medicamentos o alimentos que contengan la vitamina K.
- Nuevos anticoagulantes orales (NACOs): Son inhibidores directos de FX activado (FXa) o inhibidores de la trombina (FIIa), ambas enzimas esenciales en la coagulación. Estos no necesitan controles periódicos, pero su efecto dura entre 12 a 24 horas, por los que, en caso de olvido, el paciente queda desprotegido.
Por otro lado, los anticoagulantes inyectables se administran por vía venosa o subcutánea. Son usualmente utilizados en casos hospitalarios, por ejemplo de ser necesario retirar el anticoagulante oral debido a una intervención quirúrgica.
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¿Puedo tener una vida normal si utilizo anticoagulantes?
¡Claro que sí! Solo deberás tener en consideración alguna de estas situaciones.
- No olvides nunca de ingerir tu tratamiento anticoagulante a la misma hora.
- Nunca tomes dos dosis el mismo día en caso de olvido. Consulta a tu médico tratante en caso de omisión.
- Infórmese sobre los medicamentos que pueden inhibir el efecto de los anticoagulantes. Por ejemplo, sedantes o antiinflamatorios.
- Dieta equilibrada. Evite los cambios de peso bruscos.
- Ante cualquier consulta médica, debe informar que utiliza anticoagulantes.
- Evite el alcohol y el tabaco debido a que, este último, contiene vitamina K.
- En caso de embarazo consulte a su médico tratante por el uso de anticoagulantes, ya que podría suspender o continuar su uso.
- Ten especial cuidado con golpes o cortes que produzcan hemorragias. Como por ejemplo:
- Sangrado nasal.
- Hemorragia gingival. En caso de acudir al dentista, debe informar que utiliza anticoagulantes.
- Sangre en la orina o en las heces. Debe consultar a su médico o acudir a un centro de salud en caso de presentar estas complicaciones, de manera que se pueda descartar alguna infección urinaria o hemorragia digestiva.
- Sangre en vómito.
¿Ves? Puedes llevar una vida completamente normal, solo debes tener en cuenta estos pequeños consejos, además de llevar registro de controles con tu médico y cuidar tu suministro de anticoagulantes.
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Fuentes:
Protocolo Anticoagulante Oral en Pacientes Adultos.
Revista chilena de cardiología. Nuevos anticoagulantes orales: actualización.