Hasta la mitad de los casos de cáncer pueden prevenirse, reduciendo la prevalencia de factores de riesgo conocidos y de fácil modificación, como el consumo de alcohol y tabaco, y mejorando nuestra alimentación y aumentando la actividad física.
Hace algunos días, se conmemoró el Día Mundial contra el Cáncer, una fecha que cada 4 de febrero nos recuerda la importancia de la prevención y el autocuidado en la lucha contra esta enfermedad.
Según datos recientes, se estima que en 2020, 4 millones de personas recibieron un diagnóstico de cáncer y 1,4 millones perdieron la vida debido a esta enfermedad. Otras cifras indican que un 57% de los nuevos casos de cáncer y el 47% de las muertes, ocurren en personas menores de 69 años, destacando la necesidad de una detección temprana y un tratamiento efectivo.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud ha lanzado varias iniciativas globales para abordar la carga del cáncer, incluyendo la Iniciativa Mundial para el Cáncer de Mama, la Estrategia Mundial para la Eliminación del Cáncer Cervicouterino y la Iniciativa Mundial para el Cáncer Infantil.
Es alentador saber que hasta la mitad de los casos de cáncer pueden prevenirse reduciendo la prevalencia de los factores de riesgo conocidos, realizando pruebas de detección temprana, y realizando el tratamiento y cuidados paliativos adecuados. El control del tabaco y la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) son ejemplos de intervenciones efectivas
Los factores de riesgo modificables más comunes en la lucha contra el cáncer, y también para otras enfermedades no transmisibles, son:
- Consumo de tabaco: El humo del tabaco contiene numerosas sustancias químicas carcinógenas que pueden dañar el ADN en las células y provocar la formación de tumores malignos en diferentes partes del cuerpo, como los pulmones, la boca, la garganta, el esófago, el hígado, el páncreas, entre otros.
- Baja ingesta de frutas y verduras: Las frutas y verduras son ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra dietética, que ayudan a proteger las células del daño oxidativo y promueven la salud del sistema inmunológico. La falta de estos nutrientes puede debilitar las defensas del cuerpo contra el cáncer y aumentar la susceptibilidad a la enfermedad.
- Consumo nocivo de alcohol: El alcohol puede actuar como carcinógeno directo al dañar las células del cuerpo y promover la formación de tumores, además de aumentar la absorción de otros carcinógenos presentes en el cuerpo.
- Insuficiente actividad física: El ejercicio físico ayuda a mantener un peso corporal saludable, fortalece el sistema inmunológico, reduce la inflamación y mejora la función del sistema digestivo, todos los cuales son factores importantes para la prevención del cáncer.
En esta nueva versión del Día Mundial contra el Cáncer, recordamos la importancia de la prevención, la detección temprana y el cuidado adecuado para enfrentar esta enfermedad. Juntos, podemos marcar la diferencia en la vida de millones de personas en todo el mundo.
Fuentes: webs UCSC.cl, mayoclinic.com, cnnespanol.com y paho.org