Descubre cuáles son las diferencias entre ambos ejercicios, sus beneficios y cómo pueden incluso prevenir la diabetes.
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se ha convertido en un importante problema de salud pública.
Según la Federación Internacional de Diabetes, en 2021 ya había 537 millones de personas con este trastorno, y se prevé que en 2030 la cifra aumente a 643 millones.
La diabetes mellitus 2 es el tipo más frecuente de esta enfermedad, que altera la manera en que el cuerpo procesa la glucosa en la sangre.
Esta, a su vez, entrega energía a las células de los músculos y tejidos, y es el combustible para la función fisiológica del cerebro.
El ejercicio juega un papel crucial en el manejo de la diabetes. Mejora la función de la insulina y con ello el nivel de azúcar en la sangre.
Y si bien cualquier tipo de movimiento es mejor que el sedentarismo, siempre hay uno más adecuado para cada caso.
Ejercicio cardiovascular: un aliado para la salud metabólica
Cardiovascular o también conocido como aeróbico, incluye ejercicios como correr, bailar o andar en bicicleta.
Su práctica permite que los músculos absorban la glucosa, lo que puede mejorar no solo la resistencia a la insulina, sino también controlar el azúcar en la sangre.
Este beneficio no solo puedes notarlo en las mediciones diarias del nivel de azúcar en la sangre, sino también a largo plazo, fortaleciendo así tu salud y calidad de vida.
Ejercicios de resistencia: fortalece tu control glucémico
Los entrenamientos de fuerza incluyen actividades como levantar pesas, usar bandas de resistencia o ejercicios con el propio peso corporal.
Tienen la capacidad de aumentar la masa muscular y, a mayor masa muscular, hay más receptores de insulina, lo que mejora la capacidad del cuerpo para usar la glucosa.
Cuando no se realiza este tipo de entrenamiento, disminuye la masa muscular, por lo que también se va perdiendo la capacidad de controlar el azúcar, reducir la grasa abdominal y el peso corporal.
¿Qué ejercicio es mejor para tratar la diabetes?
Un estudio que publicó The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism encontró que combinar ambos tipos de ejercicios es altamente efectivo para mejorar los niveles de azúcar en la sangre que solo realizar uno de ellos.
Tanto los ejercicios de resistencia como los de cardio permiten que los músculos se contraigan y que las células absorban glucosa tanto antes como después de entrenar.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que las personas con diabetes tipo 2 realicen 150 minutos de actividad aeróbica a la semana. Esto puede también contribuir a la pérdida de peso, factor crucial en el manejo de la diabetes.
Para mejorar la eficacia de tu entrenamiento, lo ideal, indican los especialistas, es combinar el ejercicio cardiovascular con al menos dos días a la semana de ejercicios de resistencia.
Tips para comenzar
- Consulta con tu médico: hazlo antes de partir con cualquier programa de ejercicio, sobre todo si tienes complicaciones relacionadas a la diabetes.
- Empieza de forma gradual: si no estás acostumbrado a entrenar, parte de a poco. Incluso una caminata diaria de 15 minutos puede hacer una gran diferencia.
- Controla tu glucosa: chequea tus niveles antes, durante y después del ejercicio. Evitarás episodios de hipoglucemia (cuando tu glucosa sanguínea baja demasiado).
- Nutrición e hidratación: toma suficiente agua y come adecuadamente antes y después de ejercitar, para mantener estables tus niveles de azúcar.
La clave está en integrar ambos tipos de ejercicios en tu rutina diaria para obtener los máximos beneficios, y así cuidar tu cuerpo y mejorar tu calidad de vida.
Fuentes: Clínica Mayo, Clínica Las Condes, American Diabetes Association, Federación Internacional de Diabetes, La Tercera.