Mitos sobre la Diabetes y Prevención: Despejando Dudas Comunes

Mujer con monitor de glucosa en el brazo mientras se recoje el cabello, haciendo referencia a mitos sobre la diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, incluyendo a un porcentaje significativo de la población chilena. A pesar de su alta prevalencia y el continuo avance en su comprensión científica, aún persisten numerosos Mitos sobre la Diabetes que circulan en la sociedad.

Estas ideas erróneas no solo generan confusión y miedo, sino que, lo que es más preocupante, pueden obstaculizar gravemente un manejo adecuado de la enfermedad o una prevención efectiva. Despejar estos Mitos sobre la Diabetes es esencial para que las personas puedan tomar decisiones informadas y basadas en evidencia sobre su salud y la de sus seres queridos.

Este artículo se propone abordar y desmentir las creencias erróneas más comunes que giran en torno a la diabetes, y ofrecer información clara y precisa sobre las verdaderas causas de la enfermedad, así como estrategias efectivas para su prevención y manejo.

Este contenido tiene un carácter meramente informativo y educativo; para un diagnóstico preciso y un plan de acción personalizado, siempre se debe recurrir a un médico especialista.

Causas y Factores que Desencadenan la Diabetes

Comprender lo que realmente provoca la diabetes es el pilar fundamental para desmentir los Mitos sobre la Diabetes y para adoptar medidas preventivas adecuadas.

La enfermedad no tiene una única causa lineal, sino que es el resultado de una compleja y multifactorial interacción de elementos genéticos, hábitos de estilo de vida y ciertas influencias ambientales o médicas:

Factores Genéticos

La herencia juega un papel significativo en la predisposición a la diabetes, especialmente en el caso de la diabetes tipo 2 y también en la tipo 1.

Si tienes familiares cercanos, como padres o hermanos, que han sido diagnosticados con diabetes, tu riesgo personal de desarrollarla aumenta.

Sin embargo, es crucial entender que tener una predisposición genética no es una sentencia; no significa que indefectiblemente desarrollarás la enfermedad, particularmente en la diabetes tipo 2.

En muchos casos, los genes cargan el arma, pero el estilo de vida aprieta el gatillo.

Estilo de Vida

Este es, sin duda, el conjunto de factores más influyentes y modificables en el desarrollo y progresión de la diabetes tipo 2, y es donde muchos Mitos sobre la Diabetes encuentran su raíz.

Sobrepeso y Obesidad

El exceso de grasa corporal, y de manera más crítica, la acumulación de grasa alrededor de los órganos abdominales (conocida como grasa visceral), está fuertemente relacionada con el desarrollo de la resistencia a la insulina. 

La grasa visceral libera sustancias que interfieren con la capacidad del cuerpo para usar eficazmente la insulina, haciendo que el páncreas deba trabajar horas extras.

Inactividad Física (Sedentarismo)

La falta de ejercicio regular y un estilo de vida sedentario contribuyen directamente a la resistencia a la insulina. 

Los músculos activos son más sensibles a la insulina y utilizan la glucosa de manera más eficiente para obtener energía. 

Cuando los músculos no se usan lo suficiente, esta eficiencia disminuye, elevando los niveles de azúcar en la sangre.

Dieta Poco Saludable

Una alimentación rica en azúcares refinados (especialmente bebidas azucaradas), grasas saturadas, grasas trans y alimentos ultraprocesados con bajo contenido de fibra puede promover tanto el aumento de peso como la resistencia a la insulina. 

Estos patrones alimentarios carecen de nutrientes protectores y, al ser altos en calorías vacías, fomentan un desequilibrio metabólico.

Otros Factores

Además de los anteriores, existen otros elementos que pueden influir: la edad (el riesgo de tipo 2 aumenta con los años, especialmente después de los 45), ciertas condiciones médicas como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), el uso prolongado de algunos medicamentos (como corticosteroides), y en el caso de la diabetes gestacional, los cambios hormonales específicos que ocurren durante el embarazo pueden desencadenarla.

Es importante destacar que la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune distinta, donde el sistema inmunitario del propio cuerpo ataca y destruye las células beta del páncreas que producen insulina.

Sus causas son diferentes y no están directamente relacionadas con el estilo de vida, a diferencia de los complejos factores que subyacen a la diabetes tipo 2.

Esta distinción es clave para comprender los Mitos sobre la Diabetes en su totalidad.

Desmintiendo Mitos Comunes sobre la Diabetes

Existe una proliferación de Mitos sobre la Diabetes que pueden llevar a malentendidos significativos, generando ansiedad innecesaria o, por el contrario, una falsa sensación de seguridad.

Aquí desmentimos cuatro de los más frecuentes, proporcionando una comprensión más profunda de la realidad detrás de cada uno:

Mito: «Comer mucha azúcar causa diabetes directamente.»

Este es, sin duda, uno de los Mitos sobre la Diabetes más extendidos y simplificados. La idea de que una sola indulgencia dulce o un consumo elevado de azúcar por sí solo te llevará a la diabetes es incorrecta. La diabetes tipo 2 es una enfermedad compleja y multifactorial.

Si bien un consumo excesivo y regular de azúcares refinados y bebidas azucaradas puede, sin duda, contribuir significativamente al aumento de peso y al desarrollo de la resistencia a la insulina (ya que estas calorías vacías pueden desplazar alimentos nutritivos y fomentar el almacenamiento de grasa), estos son factores de riesgo, no la causa directa e inmediata de la enfermedad por sí solos.

La diabetes tipo 2 se desarrolla por una intrincada combinación de predisposición genética, inactividad física y un desequilibrio calórico sostenido (consumir más calorías de las que se queman, sin importar si provienen de grasas, carbohidratos o proteínas).

Es este estilo de vida sedentario y una dieta globalmente desequilibrada lo que promueve la resistencia a la insulina y el sobrepeso, que son los verdaderos impulsores del tipo 2.

Es importante recordar que la diabetes tipo 1, por otro lado, es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca las células productoras de insulina, y su aparición no tiene absolutamente ninguna relación con la cantidad de azúcar consumida.

Este Mito sobre la Diabetes puede llevar a culpar incorrectamente a los pacientes.

Mito: «La diabetes solo afecta a personas mayores o con sobrepeso.»

Si bien la diabetes tipo 2 es históricamente más prevalente en adultos mayores (particularmente después de los 45 años) y en personas con sobrepeso u obesidad, esta es una generalización engañosa y uno de los Mitos sobre la Diabetes que más conduce a la complacencia y a la falta de detección temprana en otros grupos.

La diabetes tipo 1, que es autoinmune, puede aparecer a cualquier edad, desde la primera infancia hasta la edad adulta, y en personas con cualquier índice de masa corporal, incluso aquellas que son delgadas y llevan un estilo de vida aparentemente saludable.

Más preocupante aún, la incidencia de la diabetes tipo 2 está aumentando alarmantemente en niños, adolescentes y adultos jóvenes en todo el mundo, incluyendo Chile.

Esto se debe en gran parte a la creciente prevalencia de la obesidad infantil, los estilos de vida cada vez más sedentarios y la influencia de dietas ricas en alimentos ultraprocesados.

Incluso en adultos con un peso aparentemente normal, la predisposición genética combinada con hábitos poco saludables puede llevar al desarrollo de la diabetes tipo 2.

Por lo tanto, es un error peligroso asumir que solo ciertos grupos de población están en riesgo; la diabetes puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o constitución física, si concurren los factores de riesgo adecuados.

Desterrar este Mito sobre la Diabetes es vital para la concienciación.

Mito: «Las personas con diabetes no pueden comer ningún dulce o carbohidrato.»

Este es, quizás, uno de los grandes Mitos sobre la Diabetes que más genera frustración, ansiedad y malentendidos en torno a la alimentación en el Manejo alimenticio de la Diabetes.

La creencia de que las personas con diabetes deben eliminar por completo los carbohidratos (como el pan, arroz, papas, frutas) y los dulces de su alimentación es incorrecta, innecesariamente restrictiva y, a menudo, insostenible a largo plazo.

Las personas con diabetes sí pueden consumir carbohidratos, ya que son la principal fuente de energía del cuerpo necesaria para el funcionamiento diario.

La clave no está en la eliminación total, sino en el tipo, la cantidad, la calidad y la combinación de estos alimentos.

La dieta recomendada para la diabetes se centra en el consumo de carbohidratos complejos (aquellos ricos en fibra, como los granos integrales, frutas enteras, verduras y legumbres), proteínas magras y grasas saludables.

El control de las porciones de carbohidratos y la combinación adecuada de alimentos en cada comida (por ejemplo, combinar un carbohidrato con proteína y fibra) son esenciales para minimizar el impacto en los niveles de glucosa.

Con moderación, incluso algunos dulces o postres pueden incluirse ocasionalmente.

Un nutricionista o un educador en diabetes puede crear un plan de alimentación personalizado que incluya una variedad de alimentos nutritivos e incluso permita pequeñas cantidades de dulces o caprichos de forma controlada, integrándolos inteligentemente en el Manejo alimenticio de la Diabetes.

La clave es aprender a gestionar los carbohidratos, entender su índice glucémico y su impacto individual en el azúcar en sangre. 

Desechar este Mito sobre la Diabetes mejora la calidad de vida de los pacientes.

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Mito: «La diabetes es contagiosa.»

Este es uno de los Mitos sobre la Diabetes que a menudo genera preocupación infundada y, lamentablemente, estigmatización hacia las personas que viven con la condición.

La respuesta es clara y categórica: la diabetes NO es una enfermedad contagiosa bajo ninguna circunstancia. No se puede «atrapar» la diabetes por contacto con la saliva, el sudor, la sangre, ni por compartir utensilios, alimentos, el baño o el aire con una persona que la tiene.

La diabetes es una condición médica metabólica y crónica, no una enfermedad infecciosa causada por un virus o una bacteria.

Su origen se encuentra en problemas internos del cuerpo relacionados con la producción o el uso de la insulina. Las causas, como ya se mencionó, son multifactoriales: genéticas, autoinmunes (en el caso de la tipo 1) y relacionadas con el estilo de vida (en la tipo 2).

Comprender esta realidad es vital no solo para la educación pública, sino también para desterrar el miedo infundado y fomentar la inclusión plena y el apoyo a las personas que viven con diabetes en la sociedad.

Este es uno de los Mitos sobre la Diabetes más importantes a desmentir para combatir la discriminación.

La Orina y la Diabetes: Qué Significa

Otro de los Mitos sobre la Diabetes es la creencia de que se puede diagnosticar la enfermedad solo por el color o el olor de la orina.

Aunque ciertos cambios en la orina son síntomas importantes que pueden indicar la presencia de diabetes no controlada, la observación de la orina por sí sola no es un método diagnóstico y no reemplaza las pruebas médicas.

La razón es que diversas condiciones, desde una simple deshidratación hasta otras enfermedades renales o hepáticas, o incluso la ingesta de ciertos alimentos o medicamentos, pueden alterar el aspecto de la orina, y solo un análisis de laboratorio específico, como los de sangre (glucosa en ayunas, HbA1c), puede confirmar el diagnóstico de diabetes.

Si los niveles de azúcar en la sangre son muy altos, los riñones intentan eliminar el exceso de glucosa a través de la orina, en un proceso conocido como glucosuria. Este mecanismo de «derrame» renal puede provocar los siguientes cambios observables en la orina:

Mayor frecuencia y volumen al orinar (poliuria)

Se orina más y con mayor frecuencia, incluso durante la noche (nicturia), debido al intento del cuerpo de eliminar el exceso de azúcar.

La glucosa es una molécula osmóticamente activa; cuando hay grandes cantidades en los túbulos renales, «arrastra» consigo más agua, lo que resulta en un aumento significativo de la producción de orina. 

Este es uno de los síntomas clásicos de la diabetes descompensada y la razón principal detrás de la sed excesiva y persistente.

Orina más clara

A pesar del mayor volumen, la orina podría parecer más diluida y clara.

Esto se debe directamente a la gran cantidad de agua que se excreta para arrastrar la glucosa, diluyendo los pigmentos normales de la orina.

Sin embargo, es importante recordar que una orina clara también puede ser simplemente un signo de buena hidratación (si bebes mucha agua), por lo que este indicio debe considerarse siempre en conjunto con otros síntomas y factores de riesgo para evitar caer en los Mitos sobre la Diabetes de autodiagnóstico.

Olor dulce o afrutado (Cetonuria)

En situaciones de diabetes descompensada, especialmente en la diabetes tipo 1 o en casos de deficiencia severa de insulina en la tipo 2, el cuerpo puede comenzar a quemar grasas a un ritmo acelerado para obtener energía, ya que no puede utilizar la glucosa eficientemente.

Este proceso metabólico produce subproductos ácidos llamados cetonas, que se acumulan en la sangre y, posteriormente, se eliminan por la orina.

La presencia de cetonas en la orina puede darle un olor distintivo, dulce o afrutado, a menudo descrito como similar a las manzanas podridas o al quitaesmalte.

Este síntoma es una señal de alarma muy importante y urgente, ya que puede indicar una condición grave conocida como cetoacidosis diabética, una emergencia médica que requiere atención inmediata.

Reconocer este síntoma puede ser vital, pero su aparición no es un diagnóstico de diabetes en sí, sino una señal de descontrol que exige intervención.

Estos son síntomas de alarma que deben llevarte a consultar a un médico para un diagnóstico adecuado con pruebas de sangre, pero por sí solos no confirman la diabetes.

El diagnóstico definitivo siempre requiere análisis de laboratorio específicos que midan directamente los niveles de glucosa en sangre.

Conclusión

Desmentir los Mitos sobre la Diabetes es fundamental para promover una comprensión precisa y basada en la ciencia de esta enfermedad.

Como hemos visto, la diabetes no se contagia, y sus causas son complejas, yendo mucho más allá del simple consumo de azúcar o la edad de una persona.

 Una información clara, veraz y basada en evidencia es la herramienta más poderosa para la prevención efectiva y para un Manejo alimenticio de la Diabetes adecuado en aquellos que ya viven con ella.

Romper con los Mitos sobre la Diabetes permite a las personas tomar un rol activo en su bienestar.

⚠ Recuerda siempre que este artículo es una guía meramente informativa y educativa, y la consulta con un médico especialista es indispensable para un diagnóstico preciso, un seguimiento adecuado y un plan de tratamiento personalizado a tus necesidades individuales.

La educación es el primer paso para combatir los Mitos sobre la Diabetes y vivir una vida más saludable.

Preguntas Frecuentes

¿Qué provoca la diabetes?

La diabetes es provocada por una combinación de factores genéticos y de estilo de vida (como el sobrepeso, la inactividad física y una dieta poco saludable) que llevan a problemas con la insulina. La diabetes tipo 1 tiene causas autoinmunes distintas.

¿Cuáles son los 4 mitos de la diabetes?

Cuatro Mitos sobre la Diabetes comunes son: que comer azúcar directamente la causa, que solo afecta a personas mayores/con sobrepeso, que los diabéticos no pueden comer ningún dulce o carbohidrato, y que la diabetes es contagiosa. Todos estos son falsos.

¿La diabetes se contagia por la saliva?

No, la diabetes no es contagiosa. Es una condición metabólica y no se transmite de persona a persona por ningún tipo de contacto o fluido corporal. Este es un importante Mitos sobre la Diabetes a desmentir.

¿Cómo es el color de la orina de un diabético?

En una persona con diabetes no controlada, la orina puede ser más abundante, clara, y en ocasiones tener un olor dulce o afrutado debido al exceso de glucosa o cetonas que el cuerpo intenta eliminar. Sin embargo, esto es un síntoma, no un método de diagnóstico.

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