En los meses de invierno, hay que abrigarse y no abusar de la calefacción ni del agua caliente.
El verano no es la única estación del año en que hay que cuidar la piel. Durante los meses fríos se debe ser igualmente cuidadoso, ya que el sol, las bajas temperaturas y la contaminación también generan un daño importante.
El Dr. Andrés Figueroa, dermatólogo de Clínica Universidad de los Andes explica que, en invierno, es muy frecuente que el frío y el viento resecan la piel debido a varios factores, tales como:
Bajas temperaturas
Se contraen los capilares, disminuyendo la irrigación y sudoración. Asimismo, interfiere en la formación y mantención de una barrera cutánea efectiva, la que está encargada de conservar la humectación y no permitir que moléculas nocivas penetren la piel. Así, la piel recibe menos nutrientes y oxígeno, se hace más lenta la exfoliación y se acumulan células muertas.
Demasiada calefacción
Estar en ambientes con altas temperaturas hace que se pierda humedad de la piel por evaporación.
Contaminación ambiental
En el esmog hay presentes unas partículas microscópicas en suspensión, las que penetran a través de los poros y liberan radicales libres en la piel. Estos alteran el estado de los tejidos cutáneos, haciendo que la piel se vea de color grisáceo, sin brillo, deshidratada, con acné, arrugas y señales de envejecimiento.
Uso de agua muy caliente
Principalmente en la ducha, si se aumenta la temperatura, se tiende a quedar más tiempo bajo el agua, lo que influye en la pérdida del manto graso de la piel. Esto afecta la función de la barrera cutánea, lo que deriva en piel seca y posible picazón.
No usar cremas humectantes
A diferencia de los meses de más calor, en invierno es más habitual vestirse muy rápido, sin echarse crema humectante, lo que hace que la piel se reseque con más facilidad.
También se recomienda realizar una exfoliación casera una vez a la semana para facilitar el recambio de la piel muerta. Y no olvidar hidratarse, idealmente, tomando dos litros de agua al día.
Las manos deben protegerse con el uso de guantes y evitando el lavado excesivo y repetitivo, lo que disminuye la capa grasa protectora de la piel y la función de barreará cutánea.
En esta época también es muy importante proteger la piel con factor solar cuando se realizan deportes en la nieve, ya que no solo se está a mayor altura sino, además, es una superficie que refleja los rayos del sol.