¿Estrés o ansiedad? Diferéncialos

De seguro que en más de una ocasión has pasado por situaciones que te han puesto al límite y tendemos a decir, “estoy muy estresado/a” o “esto me da mucha ansiedad”. A menudo utilizamos estas expresiones sin preguntarnos, ¿esto me provoca estrés o ansiedad?

Está comprobado que vivimos en una sociedad en constante cambio y adaptarnos suele ocasionar diversos estados de ánimos que no sabemos controlar, por ello podemos caer en el estrés y la ansiedad. Aunque no son lo mismo, ambas emociones aparecen en respuesta a cambios y  situaciones que nos ponen en alerta, pero ¿Cómo diferenciarlos?

¿Qué es el estrés?

En palabras simples, el estrés es la respuesta física y psicológica ante situaciones que el cerebro percibe como amenazantes. Es decir, al sentir que nuestra seguridad está en juego nuestro organismo envía una descarga por el sistema nervioso simpático, el cual conecta diversas áreas de nuestro cuerpo, generando un estado de defensa ante el peligro. Eso es el estrés.

Cabe destacar que podemos distinguir un estrés malo y uno bueno. El estrés “bueno” comienza cuando se percibe una situación que nos pone en peligro y termina en cuanto esta se acaba. Aunque la podemos percibir por mucho más tiempo ya que aumenta:

  • El metabolismo celular.
  • La presión arterial.
  • La fuerza.
  • La concentración de glucosa en la sangre.
  • La actividad mental, como la concentración y la atención.
  • El ritmo cardiaco.
  • Entre otras.

Ahora bien, el estrés malo empieza cuando el cerebro percibe amenazas donde no las hay. Es decir, nuestro organismo envía energía que nos pone alertas y preparados para huir, pero lo hace dentro de un entorno seguro, como al estar trabajando en la oficina o dentro de nuestro hogar.

Por lo tanto no podemos descargar esa gran cantidad de energía y se va acumulando en la medida que ocurran situaciones similares de forma recurrente. Esto es peligroso y puede ocasionar:

  • Dolor de cabeza, espalda o estómago.
  • Cansancio o fatiga constante.
  • Problemas digestivos.
  • Problemas en la piel como dermatitis, vitíligo, entre otras.
  • Dificultad para concentrarse o recordar cosas.
  • Tics nerviosos.
  • Infarto de miocardio.
  • Entre otros.

Entonces, ¿qué es la ansiedad?

Muy similar al estrés, la ansiedad es la respuesta emocional de nuestro organismo ante situaciones que se perciben como amenazantes, aunque en la realidad no se consideran como tal. La diferencia radica en algo muy pequeño, el miedo.

La ansiedad y el miedo van de la mano, puesto que es una forma que nos permite reaccionar. La ansiedad en momentos adecuados no es mala ya que nos permite adaptarnos ante cualquier situación y sacar el mayor provecho posible de ella. Lo cual aporta a nuestro aprendizaje y desarrollo.

Los síntomas de la ansiedad son leves y desaparecen cuando la situación se normaliza, los cuales pueden ser:

  • Manos sudorosas.
  • Manos y pies fríos.
  • Dolor de cabeza.
  • Problemas para conciliar el sueño o dormir mucho.
  • Problemas digestivos.
  • Entre otros.

Ahora bien, la ansiedad se vuelve un problema cuando pasa a ser patológica. Es decir, cuando nos “bloqueamos” y sentimos miedo, angustia o pánico en situaciones que no suponen una amenaza o cuando estas emociones nos limitan a realizar actividades cotidianas. Al momento en que la ansiedad es repentina e impredecible, podemos comenzar a hablar de ansiedad crónica.

Como Farmacia COFAR te recomendamos que, si tienes problemas para controlar la ansiedad, visites a un médico o al área de salud mental de tu centro de salud de confianza para comenzar un tratamiento que se adapte a tu situación.

¡Y recuerda! Puedes adquirir tus medicamentos directos en Farmacia COFAR.

Fuente:

Diprece. Ministerio de Salud

Clínica de la Ansiedad.

Chile Psicólogos.

Centro Manuel Escudero. Psicología Clínica y Psiquiatría.

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